Juan Antonio Guerrero Cañongo.

13 abril 2008

Unas líneas para una amiga incomprendida.

Ayer fuí a verte, sin avisarte. Antes hacías lo mismo después de asistir al colegio, llegabas con tu tímidez achacada a la cultura que te rodeó, evitando que conociera más de ti, evitando conocer más de mi. Ayer hubo una gran diferencia, ahora era yo el que te visitaba.
Lo que preguntaste, fue atinado: ¿Por qué te esperaste hasta ahora? Siempre te dije que un día iría a verte un par de horas para charlar, pero nunca llegó ese día, hasta ayer. En un grito lastimero me dijiste "No quiero que me veas así, así no" y quise, por un momento llorar, pero necesitabas mi aliento, no mi lástima, para ello ya existen todas las personas a tu alrededor.
Estuvimos escuchando música, viendo fotos, como nunca hicimos. Que irónica es la vida, ahora que estás a punto de morir tuve un poco de tiempo para charlar, insisto, fue válida tu queja: "No quiero que me veas así, así no".
Si me preguntaras cuántas frases recuerdo de ayer, te respondería que cientos, pero las que siempre me acompañarán serán: "diles que ya no quiero sufrir, diles que me dejen morir", "¿Por qué me pasó esto?" y "¿Por qué no inventan una cura para el cancer?", además de una pregunta que me hiciste, que quedará entre nosotros, que nadie escuchó, ni escuchará jamás.
Es absurda la vida, ayudaste a tantas personas y ahora estás muriendo ya que nadie te puede ayudar.
Aunque tú y yo sabemos que es imposible una recuperación, también nos aferramos a la idea de que te pondrás mejor, que volveremos a estar un par de horas platicando y escuchando música...
Rocío, tal vez nunca leas esto, pero si la muerte evita llevarte (eres muy molesta para que ella te lleve, tal vez por eso lo ha evitado hasta ahora), seré el primero en leerte estas líneas...

----
A todos mis lectores, les pido eleven una oración para ella (si son religiosos) o reúnan su mejor energía para que siga viva, ella tiene 30 años y no merece estar así.
----

No hay comentarios.: